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La expresión gatillo fácil, derivada de la inglesa trigger happy —gatillo libre o loco parecen semejantes—, se usa por lo general en referencia a homicidios cometidos por miembros de los batallones estatales, en primer lugar la Policía. Rodolfo Walsh fue un precursor con la acepción, pues definió esos horrores como incidentes de “gatillo alegre” a fines de la década de 1960, veinte años antes de que la frase fuera popularizada por la prensa con su forma definitiva. “La secta del gatillo alegre y la picana”, pergreñó el cronista, denunciando las tropelías de los escuadrones gubernamentales, sobre todo la Bonaerense, por ejemplo en el partido de La Matanza. “Es también la logia de los dedos en la lata”, completó sobre transgresiones paralelas. “Una jauría de hombres degenerados, un hampa de uniforme, una delincuencia organizada que actúa en nombre de la ley”.
La dictadura que rigió entre 1976 y 1983 constituye un trance insoslayable de excesos oficiales contra la población civil, ya que supone la época más sangrienta de la historia argentina en este ámbito. Sin embargo, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional trasciende el concepto de gatillo fácil, pues desarrolló un exterminio a toda escala, integrado, además, en el Plan Cóndor, de dimensiones continentales. Uno de los leviatanes que perpetró aquella demencia fratricida fue la Bonaerense, legión más numerosa del país en efectivos después de las Fuerzas Armadas.
Daniel, su esposa Beatriz y los hijos de ambos, Javier y Daniela, en la primera comunión de la última.
Tras los militares, con el regreso de la democracia, los atropellos se redujeron, pero continuaron y van en ascenso. Las cuatro décadas transcurridas desde 1983 superan los 9100 asesinados por agentes estatales, según la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). Las presidencias de Alberto Fernández y Mauricio Macri comparten el podio, con 1,3 víctimas fatales por día. Siguen los mandatos de Cristina Kirchner: segundo período (1,1) y primero (0,7); Néstor Kirchner (0,6); Fernando de la Rúa (0,5); la fase con los interinatos de Eduardo Duhalde, Eduardo Camaño, Adolfo Rodríguez Saá y Ramón Puerta (0,4); Carlos Menem (0,2); y Raúl Alfonsín (0,1).
La mayoría de los caídos son jóvenes de entre 15 y 35 años de origen humilde. Por lo común, son ultimados bajo custodia en cárceles, comisarías o lugares de detención de menores, con frecuencia como resultado de la aplicación de torturas, o sufren fusilamientos en la calle. Algunas tipologías de menor incidencia son las desapariciones y las muertes durante el refreno de protestas sociales en espacios abiertos. La distribución geográfica otorga una hegemonía absoluta a la provincia de Buenos Aires, con el 56 por ciento, seguida por Santa Fe, Chubut, Mendoza, La Pampa, la Capital Federal, Tierra del Fuego, Córdoba y Santiago del Estero, en ese orden.
Daniel en su primera comunión.
Un remusgo de la década de 1990 es el hecho de que la Bonaerense comenzó a ser denominada por la opinión pública la maldita Policía como consecuencia de la participación visible de algunos de sus miembros en desmanes notorios. En 1993, una patota torturó hasta la muerte a Miguel Bru en la ciudad de La Plata; los restos del estudiante de periodismo, que tenía 23 años, permanecen desaparecidos; dos agentes recibieron perpetua; otros dos uniformados y un juez actuaron como encubridores.
En 1995 fueron procesados 13 bonaerenses como presuntos cómplices del estallido de la AMIA, ocurrido el año anterior en la Capital Federal. El ataque contra la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas es una de las agresiones más catastróficas contra la comunidad judía en todo el orbe desde Auschwitz.
El apelativo maldita Policía se instaló definitivamente tras el aniquilamiento mafioso de José Luis Cabezas en 1997 en Pinamar. El fotógrafo de la revista Noticias, que había tenido la audacia de retratar a Alfredo Enrique Nallib Yabrán, empresario compinche de la Casa Rosada, apareció calcinado en su auto, con las manos esposadas a la espalda y dos disparos en los sesos. “Me tiraron un muerto”, impugnó el gobernador Eduardo Duhalde. Cuatro hombres de la fuerza provincial estarán entre los condenados.
Igual es la cifra de efectivos convictos por la tragedia de Natalia Melmann, ocurrida en 2001. La chica de 15 años fue violada por al menos cinco y muerta en Miramar. La quinta huella genética hallada en el cuerpo es un interrogante.
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El crimen de Daniel Sosa se produjo en el año más funesto, en el campo de la violencia institucional, hasta entonces desde el regreso de la democracia. Durante 2001, las huestes estatales, con la Bonaerense en punta, eliminaron a 257 argentinos. Esa atmósfera de hostigamiento creciente explicaría al menos de manera parcial la alevosía y el salvajismo con que el joven de Aldo Bonzi fue ejecutado en plena vía pública. A lo largo de los años posteriores, el índice de abusos de los batallones oficiales seguirá para arriba, hasta el pico de 538 homicidios en el transcurso de 2020.
Elsa con Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo.
Meses después del drama del Negro, asesorada por las Madres de Plaza de Mayo, Elsa Gómez de Sosa fue recibida en la ciudad de La Plata junto a otros familiares que pedían justicia. Les dio la bienvenida el gobernador Carlos Federico Ruckauf, que había lanzado la controvertida frase “hay que meter bala a los delincuentes” durante la campaña electoral y tras ganar los comicios había decretado “premiar con hasta cinco sueldos a los policías que participen en iniciativas peligrosas que lleven al éxito de un procedimiento”. De modo que, algunos meses antes de crimen de Daniel, el mandatario había sido denunciado por instigación a la violencia.
—Si separo a Olivera, se me va a poner en contra toda la Bonaerense —se excusó el mandatario a la madre del camionero. Todavía faltaban algunos años para el juicio del TOC 3 de San Justo que establecerá el castigo de Ramón e instruirá, sin eficacia, investigar a sus hijos Roque y David.
Ruckauf asumió en 2002 como canciller argentino y fue reemplazado por su vice, Felipe Carlos Solá, que acorde con el clima de época intentó mostrarse como garante de los derechos humanos. En ese marco, Juan Pablo Cafiero, nuevo ministro de Justicia y Seguridad de la provincia, recibió a la mamá de Daniel y otros parientes de damnificados.
“El robo de autos es el delito que se ha incrementado en mayor medida en los últimos tiempos”, observó Solá; “además, es la razón por la cual se produjeron varios asesinatos de policías y de civiles”. Con 11 de los 45 uniformados extintos, ese año fue la modalidad delictiva más infausta para la Bonaerense. Con 20 sumariados, fue el rubro que incriminó a más integrantes. “Esto se tiene que acabar”, encaró Cafiero a los jefes; “se están matando entre ustedes y tenemos 20 miembros de la fuerza bajo proceso; no va más; hay que arrasar con los desarmaderos; pido colaboración absoluta”, exigió. “El incremento de la violencia en este tipo de hechos es total”, evaluó Ricardo Bogoliuck, titular del Centro de Operaciones Policiales, principal usina estadística de la Bonaerense, “de eso no hay duda”.
La ofensiva trajo resultados. Para empezar, la detención de Elvio Fernández, conocido como el rey del corte y capo de la mayor red de autopartes ilegales del sur del Conurbano. Además, entre otras movidas resonantes, fueron procesados Norberto Fiori, comisario de la localidad de General Pacheco, partido de Tigre, y José Humberto Garay, un subalterno, por complicidad con los talleres involucrados.
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Ermita en memoria de Daniel, plaza Martín Fierro, Aldo Bonzi.
Por impulso del concejal matancero Miguel Ángel Bampini, vecino de Bonzi, en 2003 fue construida una ermita en memoria del Negro en la plaza Martín Fierro. Es el primer y más considerable homenaje. El santuario consiste en un tapial semicircular de tres metros de diámetro y uno de alto en cuyo centro se apoya un cofre vidriado que contiene una imagen de la Virgen de Luján, una foto del muchacho y una placa argéntea que dice: “Daniel Alejandro Sosa. 16-11-1967; + 2-2-2001; 33 años; chofer de camión; ciudadano de Aldo Bonzi; víctima de gatillo fácil”. Ambos extremos del muro tienen maceteros con arbustos.
Ese año, Elsa debutó con su reclamo en la Plaza de Mayo de la ciudad de Buenos Aires mediante un acto por el Día de la Madre. Entre otras, la acompañaron María Denegri, Emilse Peralta y Dolores Demonty. Leandro, el hijo de la primera, resultó asesinado en un intento de robo. Diego, vástago de la segunda, perdió la vida en manos de secuestradores extorsivos. Ezequiel, retoño de la última, fue presa de la violencia policial.
Al tiempo, la madre de Daniel entró por primera vez a la Casa Rosada. Fue durante una cita con más deudos de rehenes de la barbarie; incluido el resto de quienes iniciarán la Asociación Civil Madres del Dolor. En la oportunidad, Néstor Carlos Kirchner, presidente de la República, Gustavo Osvaldo Béliz, ministro de Justicia y Derechos Humanos, y Pablo Javier Lanusse, secretario de Justicia y Asuntos Penitenciarios, presentaron el Programa Nacional de Lucha Contra la Impunidad.
El año 2004 empezó para Elsa con los trámites del juicio oral y público. Dos meses antes del proceso, en el tercer aniversario del homicidio, lideró una caminata de queja acompañada por la familia Sosa, vecinos, amigos y las demás futuras fundadoras de la ACMdD. El grupo peregrinó desde la plaza axial de San Justo hasta la comisaría en la que Ramón Olivera continuaba trabajando armado y de uniforme.
En simultáneo, la mujer adhirió al flamante Centro Bonaerense de Protección de los Derechos de la Víctima como miembro de la comisión de participación ciudadana. En ese rol, acompañó al director, Alberto Jesús Linares, en varias excursiones por el interior, algunas realizadas en el avión del Ejecutivo provincial. Además de Linares, el equipo estaba integrado por María Carlota Lavezzari —alias Mecha, esposa de este—, Raquel Alicia Mac Donnald y el psicólogo Xavier Andrés Oñativia. Todos colaborarán posteriormente con la ACMdD, desde 2008 dentro de la Unidad de Intervención en Victimología creada por el Gobierno Nacional.
La progenitora de Daniel y sus compañeras fueron invitadas por la misma época al acto de apertura del Espacio Memoria y Derechos Humanos en la hasta entonces Escuela Superior de Mecánica de la Armada (Esma), en el barrio porteño de Núñez, donde funcionó uno de los más bestiales campos de exterminio de la última dictadura.
Meses después, ella marchó en la ciudad de Rosario con la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) por el homicidio de Sandra Cabrera, de 33 años, en manos de la Policía local. La mujer, que apareció violada y con un disparo en la nuca, había denunciado a la fuerza, entre otros delitos, de complicidad con la prostitución infantil y el narcotráfico.
Elsa con el resto de las fundadoras de la ACMdD. La rodean de izquierda a derecha: Silvia Irigaray, Isabel Yaconis, Elvira Torres, Nora Iglesias (atrás), Viviam Perrone (adelante) y Marta Canillas.
Asimismo en 2004, el 10 de diciembre, nació la ACMdD, con Elsa en el papel de prosecretaria.
—El fin de nosotras no es reclamar por nuestros hijos, sino ayudar a otros ciudadanos; amén de eso, todas las personas tienen su drama, aunque no les maten a un ser querido.
Coherentes con tal ideario, ella y las demás pedían justicia en 2005 en el distrito de Avellaneda cuando fueron sorprendidas por un llamado telefónico del gobernador Solá. Sucedió tras la muerte de Macarena, de nueve años, baleada durante un robo en la localidad de Villa Domínico. El mandatario informó a las mujeres la detención de varios sospechosos. Ellas marchaban desde la casa de la nena hacia la comisaría.
Desde 2006, Elsa asiste a la parentela de Miguel Eduardo Cardozo, que tenía 15 cuando fue muerto por el gatillo fácil en San Justo. Mientras el adolescente caminaba con dos amigos, uno de ellos pateó una botellita de plástico que pegó contra un auto, lo que activó la alarma del rodado. El dueño del coche, que era policía, salió de una casa con otro efectivo y un tercer hombre, tal vez pensando que intentaban robarle el vehículo. De los tres pibes, Miguel fue el más lento para escapar. «Lo corrieron, lo arrastraron casi media cuadra», recordará Cristina, la madre, «lo pusieron de rodillas y le pegaron un tiro en la cabeza».
—Para nosotras es indiferente reunirnos con funcionarios —manifestó la voz cantante de esta peripecia a Alejandro Slokar, integrante del Ministerio de Justicia de la Nación, también en 2006—; es más, lo hacemos con cierto fastidio, porque el Estado es el que debe acercarse—. La progenitora del Negro y el resto de las Madres del Dolor acababan de visitar al titular de la cartera, Alberto Iribarne, para discutir una reforma del Código Penal. Después de la cita, Slokar les había comentado que sería imposible un nuevo encuentro.
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Elsa volvió a plantarse en 2007, cuando se negó a sacarse una foto con Daniel Osvaldo Scioli, vicepresidente de la Nación, titular del Senado y candidato a gobernador bonaerense. Fue en el Salón Gris de la Cámara Alta del Congreso. El político había puesto en duda la continuidad del Centro de Protección de los Derechos de la Víctima ante ella y más familiares de damnificados: Luis Bordón, Raquel Witis, Emilse Peralta, Oscar Castellucci, Patricia Salafia, Walter Miralles y otros. Scioli ganará las elecciones y en 2008, en efecto, reducirá el CPDV a un instituto con rango menor.
En paralelo, la ascendente del camionero fue distinguida como mujer destacada de la provincia de Buenos Aires y de La Matanza. Las ceremonias se realizaron en la Casa de la Provincia de la Capital Federal y la sede del Honorable Concejo Deliberante del partido, respectivamente.
Elsa denunció además por entonces el caso de Daniel ante dos líderes sindicales: Mario Caligari, de la Unión de Tranviarios Automotor, y Omar Viviani, de la Federación Nacional de Peones de Taxis. Solo le dieron respuestas de compromiso. Visitó a cada uno acompañada por otras Madres del Dolor, en pleno debate sobre el registro de conducir por puntos en la Capital Federal.
Monolito en memoria de Daniel en el sitio donde fue hallado el cadáver.
Gracias a otro proyecto de Miguel Ángel Bampini, también en 2007 fue construido un monolito en el sitio donde fue encontrado el cadáver. Es una tarima de mampostería blanqueada de medio metro de alto. “En memoria de Daniel Alejandro Sosa, que fue asesinado en este mismo lugar. Quisiéramos tenerte hoy como estuviste ayer, pero sabemos que es imposible porque te fuiste sin querer. Con amor, tus padres, hermanos, esposa, hijos, tíos y primos. 2-2-2001”, declama una lámina de hierro en la cara superior. “Homenaje a Daniel Alejandro Sosa. Muerto el 2-2-2001”, enuncia un mármol albo en el panel delantero. “Ordenanza municipal HCD 100/2007. Comisión de Obras y Servicios Públicos. 25 de abril de 2007”.
—La pared de la fábrica tiene un grafiti hermoso de mi Negro con el logo de las Madres del Dolor —dice Elsa—; mientras yo viva va a estar; no se tiene que olvidar; por todos los chicos de la zona; los que pasan cuando van y vienen de laburar; como el ángel de la bicicleta [apodo de Pocho Lepratti, trabajador social liquidado por policías en la ciudad de Rosario], Daniel es el alma de nuestra ciudad, un símbolo.
Grafiti con el escudo de la ACMdD y el rostro de Daniel a metros del lugar donde fue hallado el cadáver. San José y Pilcomayo, Aldo Bonzi.
Desde 2009, la mujer acompaña a los allegados de Luciano Nahuel Arruga, que tenía 16 cuando desapareció tras ser detenido ilegalmente y torturado por policías en Lomas del Mirador, La Matanza. Años después, el cuerpo fue hallado sin identificación en un cementerio público y un efectivo bonaerense condenado como responsable de los tormentos.
La mamá del Negro secunda desde 2011 a la familia de Eric Monti, muchacho de Bonzi que tenía 23 cuando fue atropellado fatalmente en la vía pública por el conductor de un Renault 19 cuya identidad se ignora.
Asimismo en 2011, ella le pidió audiencia en persona a Hugo Moyano, líder del Sindicato de Camioneros y de la Confederación General del Trabajo, para contarle sobre Daniel, sin resultado; fue durante un acto en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en La Rural de Palermo.
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“Ya no se escuchan tus pasos en la casa… Yo ya no acompaño a alguien hasta la calle… Ya no estás, hijo mío…”. Son palabras que Elsa publicó en la página de internet de la ACMdD el 2 de febrero de 2009, al cumplirse ocho años del crimen. “Y repito día a día en mi mente… Que el amor es el único vínculo que la muerte no derrota… Te quiero… Tu mamá”.
Daniel con meses de vida.
“Hola hijo, no tengo, no hay palabras…”, escribió allí mismo el 2 de febrero de 2012. “Te cuento hoy, cuando vos estabas para llegar a este mundo… ¡Qué dolor!! Pero hijo mío, en segundos todo, todo, se convirtió en satisfacción y alegría… ¿Sabes por qué? Te había dado la vida. Hoy, hijo mío, tengo un dolor que no tiene consuelo, no tiene final… ¿Por qué, hijo mío, por qué te quitaron la vida? ¡No olvido, no perdono!”.
—Nosotras siempre decimos que mil años es poco, pero nos conformamos con lo que les den; solamente para que estén presos; lo que pedimos no es por venganza; pena de muerte, no; porque con la muerte se olvida todo; queremos que estén en la cárcel con comida y remedios; que cierren los ojos y vean barrotes, que abran los ojos y vean barrotes.
“Querido Negrito mío, los años van pasando y yo los voy contando”, difundió en la web institucional el 2 de febrero de 2014. “Trece años que llegó el dolor a la familia… Trece años de angustia y la dificultad para comprender la injusticia de tu crimen. Querido Negrito mío, te amo y extraño tanto. Querido Negrito mío, cada día… cada hora te pienso… ¡Pero resisto!!!”.
“Por amor a mi hijo Daniel, yo, Elsa Gómez, su madre, seguiré caminando…”, publicó por la misma vía un año después. “Seguiré denunciando y luchando por los jóvenes que a diario salen a trabajar y se cruzan con estos demonios. Una noche tibia y estrellada partiste; mi mente me dice que volverás, pero mi alma sabe que no regresarás, hijo mío… Mamá”.
“Décimas, segundos, minutos, horas, días, meses, años”, enumeró en simultáneo en su cuenta personal de Facebook. “No hay palabras, hijo mío… Solo queda mi espera. No olvido. No perdono”.
—Tengo cuatro hijos, diez nietos y nueve bisnietos —se consuela, sumando a la víctima—; los nietos son: tres de Omar, dos de Daniel, tres de Amelia y dos de María de los Ángeles.
En 2015, la corifea de este relato volvió a sufrir la pérdida violenta de un ser querido, asimismo en Bonzi. Leonel Cristopher Rojas Sosa, un sobrino nieto de 20 años, fue embestido por un auto. Sucedió cuando el extinto salía en moto de su casa. El homicida, un hombre mayor, luego del impacto dio contra un garaje. “El automovilista venía a alta velocidad y chocó a Leonel, quien quedó abajo del vehículo”, acusó David Berstein, abogado del entorno del difunto; “en base a la imprudencia” ocurrió la tragedia, opinó, anticipando el dictamen judicial. “El conductor debía circular a 20 kilómetros por hora y cederle el paso”.
Ramón Aníbal Olivera.
«¡De la justicia divina no se salva nadie!», vaticinó Elsa en 2016 en la página de la ACMdD. «Después de 15 años, digo que primero fue la justicia del hombre que condena a Ramón Aníbal Olivera a 18 años de cárcel por haber asesinado a mi hijo Daniel Alejandro Sosa. Hoy la justicia de Dios, que siempre estuvo a mi lado, da la tranquilidad a mis hijos y a toda mi familia». El reo había muerto por causas naturales en prisión domiciliaria. «Un asesino menos».
“El amor es el único vínculo que la muerte no derrota”, redactó en 2021 en igual sitio. “El 2 de febrero de 2001 fuiste asesinado por un policía… Se cumplen 20 años de tu injusta partida… 20 años de no poder verte ni escucharte; aunque no te fuiste por completo, siempre estás presente. Dejaste algo de vos en tus hijos, sobrinos y nietos. Es increíble, pero tu ausencia duele como el primer día, sabemos que Dios necesitaba un ángel… No porque seas vos, pero ¡qué lindo ángel eligió! Te amamos y extrañamos cada instante de estos 20 años.”
«Vuelvo a dar las gracias a todos, familia y barrio de Aldo Bonzi», expresó Elsa días más tarde en su cuenta de Facebook. «Después de 20 años buscando justicia por mi hijo Daniel Alejandro Sosa, asesinado el 2-2-2001 en la calle San José y Pilcomayo por Roque, David y su padre Ramón. Caminé y demostré que mi hijo fue asesinado en manos de la fuerza. Ayer al mediodía su asesino Roque Olivera, quien conducía su moto por la autopista Cañuelas, se estrelló contra un camión». El sujeto perdió la vida de forma instantánea. «Todo vuelve».
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Cartel con el rostro de Daniel en la Entrada de los Perros, Aldo Bonzi.
Quienes ingresan en el presente por la Entrada de los Perros divisan en primera instancia, a la izquierda, el Centro de Adiestramiento y Crianza de Canes de la Policía Bonaerense, con su edificación de una planta rodeada de un parque y cerco olímpico. El medio kilómetro desierto de viviendas hasta el puente ferroviario que cruza la senda está perfumado con el aroma de pinos, aguaribays, paraísos, dátiles y cañaverales. “Aldo Bonzi – Bienvenidos” y “Buen viaje – Los esperamos”, se lee a uno y otro lado de la estructura superior del viaducto, con mayúsculas cuadradas en blanco sobre negro. A la derecha se ven la alambrada y los caballos del espacio de equinoterapia para personas con discapacidad. El zumbido del tránsito de la autopista, el ladrido de los perros y el relincho de los caballos son las únicas estridencias que alteran la quietud. Igualmente a la derecha, en uno de los sucesivos troncos de palmera del tendido eléctrico, a dos metros de altura, hay un cartel blanco. Es un póster de elaboración casera; tiene una foto color y una inscripción en letras negras; la imagen es el rostro del hijo de Elsa y la leyenda recuerda: «2-2-2001; Daniel Alejandro Sosa; víctima de gatillo fácil; Aldo Bonzi».
Fuentes
La frase gatillo fácil es un argentinismo ampliamente difundido en el mundo de habla castellana. El inventor es León Zimerman, alias Toto, abogado y cofundador de la Correpi. En su alegato del juicio por la masacre de Budge, exterminio a plomo de tres jóvenes en 1987 por policías bonaerenses, parafraseó a Walsh y agregó: “Estos, más bien, son la secta del gatillo fácil” (Marinelli, Alejandro…, Cosecharoja.org).
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia define así el modismo: “La propensión, por parte de quien habitualmente porta armas, a disparar sin que exista causa que justifique la acción”. El Cambridge Dictionary de Inglaterra dice algo similar sobre trigger happy: “Someone who is trigger-happy often uses his or her gun, shooting with very little reason (alguien que es gatillo fácil con frecuencia usa su arma disparando por muy pequeña razón)”.
El Online Etymology Dictionary de Estados Unidos remonta el origen del giro a la Segunda Guerra Mundial: “Word-forming element used in World War II armed forces slang and after meaning crazed or frazzled from stress due to the thing specified; as in bomb-happy, flack-happy, trigger-happy; the model might have been slap-happy in pugilism (frase usada en la jerga de las fuerzas armadas en la Segunda Guerra Mundial y después que significa enloquecido o exangüe debido a lo especificado; como en bomba fácil, cañón fácil, gatillo fácil; el modelo puede haber sido golpe fácil en boxeo)”.
Las citas de Walsh, que fue profuso traductor de literatura en inglés, salieron en el Semanario CGT entre 1968 y 1969, y en la recopilación póstuma El violento oficio de escribir (pp. 296, 301 y 306).
La Correpi agrega lo siguiente sobre el concepto: “desde fines de los 80 en sentido estricto refiere solo a los fusilamientos y ejecuciones policiales, generalmente enmascarados como enfrentamientos, cuyas víctimas son, casi siempre, jóvenes pobres” (“Gatillo fácil…”, Correpi.org).
La caracterización del último Gobierno militar parte de estas palabras de Rapoport y Spiguel: “El 24 de marzo de 1976 se implantó la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, la más sangrienta de la historia argentina” (p. 198).
El dato de que la Bonaerense es el escuadrón más numeroso después de las Fuerzas Armadas está en la prensa (Kollmann, Raúl…, 26/8/2012).
Las cifras de la Correpi aparecen en su Archivo de Casos de Personas Asesinadas por el Estado. Brasil, que ostenta el peor registro de gatillo fácil del mundo, en 2020 batió el récord, con 17 muertos por día (Galarraga Gortázar, Naiara…, El País).
“Maldita Policía”, caratuló la revista Noticias con cobertura de Dutil y Ragendorfer (10/8/1996), autores luego del libro La Bonaerense (1997).
La pesadilla de Miguel Bru fue sintetizada por Rosa, la mamá, en diálogo con el cronista; el libro de Morosi y el documental de Torello/Jaunarena pintan el contexto. La referencia sobre la barbarie de la AMIA se basa en Levinas y la prensa (por ejemplo: “Un buen…”, Página 12). El caso Cabezas consta en el libro de Balmaceda y Fernández Llorente (pp. 82 y 127), y en los periódicos (Kollmann, Raúl…, 13/2/2009). El de Melmann, acaecido dos días después que el de Sosa, fue recordado por Gustavo, papá de Natalia, en diálogo con el investigador; además es narrado en el documental cinematográfico de Sagula y los diarios (Villarreal, Guillermo…, Clarín).
La respuesta de Ruckauf a Elsa fue mencionada por ella; los ecos sobre las polémicas que protagonizó el funcionario provienen de los periódicos (“La seguridad…”, Clarín —la idea de meter bala—, y Sagasti, Ramiro…, La Nación —los cinco sueldos—).
La reunión de Cafiero con la ascendente de Daniel, dentro de un grupo de familiares, por un lado, y el acto por el Día de la Madre de 2003 en la Plaza de Mayo, por otro, fueron recordados por la mujer.
Las declaraciones de Solá, Cafiero y Bogoliuck sobre la piratería del asfalto más la información estadística son reproducidas por la prensa (Morosi, Pablo…, La Nación).
El lanzamiento del Programa Nacional de Lucha Contra la Impunidad se apoya en el testimonio de Elsa y las demás Madres del Dolor; asimismo, en los diarios (Rodríguez, Carlos…, 5/11/2003).
Otros ciudadanos presentes en la ocasión: Ada y Elías Morales, padres de María Soledad; Gladys Cabezas, hermana de José Luis; Gustavo Melmann; Rosa Bru; Raquel y Jorge Witis, ascendentes de Mariano; Eugenia Vázquez, hermana de Andrea Viera; Dolores Demonty, madre de Ezequiel; Angélica Matassa, mamá de Adrián; Alberto Santillán, papá de Darío; Vanina Kosteki, hermana de Maximiliano; Miriam y Luis Bordón, padres de Sebastián; Sabina Sotelo, madre de Víctor Vital, alias el Frente; Elsa y Eugenio Schenone, papás de Marcos; Emilse Peralta, progenitora de Diego; María Teresa Schnack, ascendente de Sergio Schavini.
La marcha liderada por la mamá del Negro antes del juicio fue descripta por ella; también es mencionada en las noticias (“La Matanza…”, El Cronista).
—A veces para simplificar decimos que el crimen fue en el sitio donde apareció el cuerpo —aclara Elsa respecto del monolito y otros homenajes—, pero la ejecución fue en la Entrada de los Perros.
La mención del Centro Bonaerense de Protección de los Derechos de la Víctima fue completada con Linares, Lavezzari, Mac Donnald y Oñativia; y con la prensa (“Integrantes del…”, Agencia Nova).
La antigua ESMA, con la designación Museo Sitio de Memoria, es desde 2023 patrimonio mundial de la Unesco (Bullentini, Ailín…, Página 12). El reclamo por Cabrera en Rosario aparece en los periódicos (“Pedido de…”, Página 12). La comunicación telefónica de Solá fue recordada por Elsa; la protesta por Macarena está igualmente en los diarios (“Convocan a…”, Clarín). El caso de Cardozo fue completado con la prensa (“Arrestan a…”, Clarín).
Las anécdotas con Scioli y Slokar fueron dichas por la mamá del Negro; además, la reunión con el primero fue noticia (“Scioli recibió…”, Parlamentario.com). La conversación con Moyano en la feria del libro fue igualmente contada por Elsa. También están en las publicaciones periodísticas los dramas de Arruga (“Condenan a…”, Clarín), Monti (“Nueve años…”, Apbah.com.ar) y Rojas (“Aldo Bonzi…, El1digital.com.ar).
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Sagula, Constanza Marina. Memoria de la producción documental: Natalia Melmann. La lucha de familiares y amigxs a partir de su femicidio. Trabajo integrador final. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata, 10/2018.
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Prensa
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“Aldo Bonzi: realizaron un mural en homenaje a una víctima de accidente de tránsito”. El1digital.com.ar, Buenos Aires, 25/3/2015.
“Arrestan a dos policías acusados de fusilar a un chico de 15 años en San Justo”. Clarín, Buenos Aires, 29/5/2006.
Bullentini, Ailín. «El Museo Sitio de Memoria ESMA fue declarado patrimonio mundial de la Unesco». Página 12, Buenos Aires, 19/9/2023.
«Caso Denegri: prisión perpetua para los cuatro acusados». Clarín, Buenos Aires, 12/10/2005.
“Condenan a diez años de cárcel a un policía por torturar a Luciano Arruga”. Clarín, Buenos Aires, 15/5/2015.
“Convocan a una marcha por el asesinato de la nena de Avellaneda”. Clarín, Buenos Aires, 14/3/2005.
Dutil, Carlos, y Ragendorfer, Ricardo. “Maldita Policía”. Noticias, Buenos Aires, 10/8/1996.
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